JUAN VALERA

 Juan Valera nació en Cabra (Córdoba) en 1824 y falleció en Madrid en 1905. Fue un escritor, diplomático y político español.

 Estudió Lengua y Filosofía en Málaga y en Granada.  Luego inició estudios de Filosofía y Derecho en la Universidad de Granada, donde se licenció en 1846. Aprendió lenguas modernas, leyó ávidamente literatura de la Ilustración y del Romanticismo y publicó versos en diferentes periódicos.

Ocupó en varios países cargo de embajador y perteneció a la Real Academia de la Lengua. cultivó el periodismo, la crítica, el cuento, el ensayo y el teatro, aunque su éxito y su fama los alcanza como novelista.

Su novela más famosa es «Pepita jimenez» y otra de sus más famosas novelas es «Juanita la Larga».

Muchos críticos literarios consideran a Valera como el prosista más elegante del siglo XIX. Con buen gusto y equilibrio, escribió las obras más europeas de la literatura española del siglo XIX, con un estilo que, según sus propias palabras, era «natural, moderno y no arcaico».

FERNÁN CABALLERO

Fernán Caballero es el seudónimo usado por Cecilia Böhl de Faber, española nacida en Suiza, hija de un célebre hispanista alemán que se estableció en Cádiz.

Cultivó un pintoresquismo de carácter costumbrista y su obra se distingue por la defensa de las virtudes tradicionales, la monarquía y el catolicismo. Su pensamiento se inscribe dentro del regeneracionismo católico de la época, influido por las ideas de su padre.

Cecilia Böhl de Faber enviudó tres veces, vivió casi siempre en Andalucía y su situación económica siempre fue fluctuante, aunque siempre era ayudada por la realeza.

Con sus novelas inicia el Realismo Costumbrista y en esta labor es donde reside su mayor mérito como escritora. Poseía una gran capacidad para retratar las costumbres, creencias, tradiciones y ambiente familiar del pueblo andaluz de su época. Ella misma afirma que en sus novelas pretende sobre todo dar una idea exacta de España, y especialmente del estado actual de su sociedad.

En su novela «La Gaviota» relata la vida de la hija de un pescador que se casa con un médico alemán, al que abandona, dedicándose después a cantar hasta que, agotada, vuelve por fin a su pueblo natal y se casa con un barbero.

Tanto en esta obra como en «Clemencia» y «La familia de Alvareda» aparece con claridad su espíritu moralizante y cristiano junto a un estilo sencillo y alegre, pero el tono en que se expresa es en general demasiado blando y falto de vigor desmereciendo mucho el conjunto de su obra. Por otra parte, su vida tampoco fue un gran ejemplo de ese moralismo que deseaba introducir en la sociedad

Fernán Caballero utiliza el lenguaje como elemento diferenciador de los personajes: el pueblo usará continuamente refranes, expresiones coloquiales, dichos, cuentos, coplas mientras que la aristocracia, el otro gran grupo que quiere representar, usará neologismos y, sobre todo, galicismos puestos de moda en esa época. En su universo existe una evidente confrontación entre lo noble que surge de lo más profundo del pueblo español y lo que viene a enturbiarlo, ya sea extranjero y sus modas o el incipiente capitalismo.

Publica sus novelas en un momento en que hay un auge de autoras pero rápidamente este éxito será relegado por la llegada de autores realistas que tendrán un mayor reconocimiento por su «superioridad» intelectual. Para no sufrir el desdén a su autoría por ser mujer, se ocultará tras un seudónimo masculino,y, ademas, no querrá ser vinculada a sus contemporáneas. Tomó el seudónimo de la población de Ciudad Real, Fernán Caballero. El motivo de su seudónimo según ella es: «Gustóme ese nombre por su sabor antiguo y caballeresco, y sin titubear un momento lo envié a Madrid, trocando para el público, modestas faldas de Cecilia por los castizos calzones de Fernán Caballero».