El Barroco no alcanzó un gran desarrollo en Francia y fue pronto sustituido por una nueva tendencia a la armonía, a la estabilidad y al orden de las formas en Francia y, a través de ella, en toda Europa.
Hay que distinguir dos etapas:
- La cultura regulada por el Estado absolutista: durante esta etapa, la corte de Luis XIV de Francia es la que dicta qué es el buen gusto. La intervención del Estado alcanza a la economía, a la religión, al derecho, a la literatura y a las artes. La literatura francesa conserva su sentido aristocrático, la nobleza compensa su falta de poder con la exaltación que hace el arte de sus cualidades, el teatro cumple unas normas rigurosas que se convierten en modelo de buen gusto en Europa.
- Adiós al guerrero, paso libre al burgués: se empieza a esfumar la figura del caballero y se condena al héroe que busca fama y reputación con sus hazañas. Inglaterra enseña a Europa las nuevas cualidades: su burguesía viste paño (no seda) y lleva bastón (no espada) y aporta nuevas cualidades humanas, regidas por el sentido común, sin fingimientos sociales, con pocas y fieles amistades y retirado del bullicio social.
El Neoclasicismo pide a la Literatura que se preocupe de la conducta de los hombres, que sea útil ante todo y agradable después.
Al Siglo XVIII se le llama el Siglo de las Luces porque la razón es la norma, la regla con la que se valoran los actos humanos, las instituciones y la cultura. Su característica principal es su espíritu científico. Se duda todo y se revisa todo en nombre de la ciencia.
Una manera de hacer crítica: La literatura de viajes.
El europeo de esta época viaja y escribe libros sobre lo que ve para comparar las costumbres, las filosofías, religiones y formas de gobierno de la Europa civilizada con la de otros pueblos. Se buscaban las virtudes de lo otros pueblos para resaltar los defectos de la sociedad europea.
El Neoclasicismo dura desde mediados del siglo XVII hasta finales del siglo XVIII y se desarrolla alrededor de las grandes cortes: Versalles, Londres, Estocolmo, Madrid… Sus soberanos son los mecenas de la cultura europea. Los escritores y los filósofos son el centro de atención de las reuniones y las fiestas. Surgen las Academias de la Lengua: en 1635 la francesa, en 1690 la de Roma, en 1713 la de Madrid.
La literatura es moralizante y didáctica. El autor ofrece al lector formas de conducta que le permitan conocerse a sí mismo. Esta característica provoca que la poesía fuera dejada de lado por su escasa relevancia para este fin y, aunque no desapareció del todo, la poesía de este período es de escasa inspiración.
En España, el Estado se hace cargo también de la cultura, imitando los modelos franceses.